INVESTIGADORES
Camila Fernández Ibáñez
Investigador Asociado Línea 5La criósfera comprende las partes de la Tierra donde encontramos agua en estado sólido: nieve, glaciares, hielo marino, mantos de hielo y suelos congelados (permafrost). El territorio chileno posee todos estos componentes, pero de ellos, los más relevantes son los glaciares, con alrededor de 24 000 km2 (3 % del área mundial).
Sin embargo, los glaciares están en franco retroceso debido al cambio climático. Su distribución varía con la altitud y latitud, con un gradiente desde los Andes Norte y Centro (4.4 %), a la región centro-sur (6.2 %) hasta alcanzar su mayor extensión en la zona de la Patagonia y Tierra del Fuego (89.3 %). La pérdida de masa de hielo en la cordillera de los Andes ha sido de 23 gigatoneladas en los últimos veinte años. Preocupante aspecto, por ser el recurso agua uno de los que está más amenazado actualmente en la zona centro-norte del país.
En el marco del cambio climático, la Antártica presenta procesos antagónicos y sinérgicos. Las aguas muy frías del océano tienen una gran capacidad para exportar carbono desde la atmósfera y ejercer un importante control sobre el clima regional y global. No obstante, el calentamiento global está derritiendo una parte de la cobertura de hielo, lo cual libera el hierro atrapado en su interior y potencia la productividad y exportación de carbono al fondo del océano (que estaba originalmente como CO2 en la atmósfera). Sin embargo, esta capacidad del océano de capturar CO2 se contrapone con el riesgo de incrementar su acidificación.
El planeta está frente a una emergencia climática. En general, los seres humanos tienden a reaccionar con parsimonia frente a cambios y perturbaciones de largo período (ej., sequía, contaminación), y con rapidez en caso de fenómenos de corto período (ej. terremotos, tsunamis, incendios). Chile ha dado pruebas de ello ante desastres naturales, exacerbados ahora por los eventos climáticos extremos derivados del cambio climático. El cual, hoy en día, exige actuar con urgencia y de manera comprometida y proactiva con el medioambiente y sus habitantes.
La comunidad científica tiene la responsabilidad de conectar estos temas con la sociedad entera; en este escenario, este libro de preguntas y respuestas sobre la criósfera tiene la finalidad de afianzar estos puentes de comunicación entre la academia y la sociedad.